Buenas Prácticas Urbanas
Proyectos sobresalientes en el contexto histórico Latinoamericano
La Fundación Rogelio Salmona, con el deseo de incentivar buenas prácticas urbanas en la concepción de la arquitectura, ha escogido, en distintas ciudades latinoamericanas, una serie de casos de arquitecturas sobresalientes por su relación con los espacios colectivos urbanos, como ejemplos de precedentes y referentes que orienten para la selección de los proyectos que se busca destacar con el Premio Latinoamericano de Arquitectura Rogelio Salmona: espacios abiertos /espacios colectivos.
BUENAS PRÁCTICAS URBANAS
Por: Arq. Silvia Arango Cardinal
Las ciudades latinoamericanas poseen una larga tradición de pensar simultáneamente la arquitectura y el espacio urbano. Durante la colonia, las plazas tenían sentido si una edificación religiosa de gran magnitud las enmarcaba, a la vez que la actividad cotidiana y el sentido simbólico de estos espacios abiertos derivaba de la prestancia y monumentalidad de la arquitectura religiosa. Como uno de los ejemplos más excelsos se puede citar la coherencia entre la Iglesia y el Convento de San Francisco en Quito y la plaza de San Francisco, que se complementan mutuamente, o la plaza de la Catedral y su plaza, en la Habana.
En la república, ahora con monumentos civiles, esta mutua correspondencia siguió, enalteciendo tanto los plazas centrales como los edificios de borde, como lo atestiguan una gran cantidad de ciudades de todos los tamaños en el continente de las cuales, como ejemplo, se escogió la plaza central de Tucumán, Argentina.
Pero la correspondencia entre espacio abierto y arquitectura no sólo se produjo entre plazas y edificios simbólicos: los conjuntos de los que hoy llamaríamos patrimonio modesto expresan la íntima relación entre la arquitectura y las calles, escaleras, rincones, plazuelas, rondas , en una rica tradición y arquitectura que demuestra las buenas prácticas urbanas en donde lo social y colectivo primaban sobre lo individual en la manera de hacer ciudad.
El enorme crecimiento de las ciudades durante el siglo XX y las ideologías modernizantes del desarrollo urbano, fueron imponiendo la noción del edificio individual divorciado de los espacios urbanos –crecientemente concebidos para el automóvil– estableciendo una ciudad fría, distante y agresiva que no propicia el encuentro ciudadano. Sin embargo, a lo largo del siglo XX algunos arquitectos, consientes de esta condición, fueron dejando interesantes proyectos que hoy son hitos en sus respectivos países precisamente por su consiente inserción urbana y la rica propuesta de espacios abiertos imaginativos y enriquecedores de las relaciones sociales.
Edificio Altamira
Caracas, Venezuela
Arq. Arturo Kahn
1945-1947
Centro Cultural Parque España
Rosario, Argentina
Arqs. Matorell, Bohigas, Mc Kay y Horacio Quiroga
Residencias El Parque
Bogotá, Colombia
Arq. Rogelio Salmona
1968-1970
Museo de Arte
São Paulo, Brasil
Arq. Lina Bo Bardi
1952-1968
Parque Central Bavaria, manzanas 1 y 2
Bogotá, Colombia
Arqs. Rafael Obregón, Edgar Bueno, Eduardo Samper y Carlos Hernández
1987-1998
Centro Internacional
Bogotá, Colombia
Arqs. principales: Cuellar, Serrano, Gómez; Obregon y Valenzuela; Pizano Pradilla, Caro, Restrepo
1950-1965
Centro Simón Bolivar
Caracas, Venezuela
Arq. Cipriano Domínguez
1949-1955
Aula Magna y plaza Cubierta, Universidad Central de Venezuela
Caracas, Venezuela
Arq. Carlos Raúl Villanueva
1952-1953
Hotel Provincial y Casino,
Mar del Plata, Argentina
Mar del Plata, Argentina
Arq. Alejandro Bustillo
1938-1946
Ministerio de Educación y Salud, Hoy Palacio de la Cultura
Río de Janeiro, Brasil
Arqs. Lucio Costa, Oscar Niemeyer, Carlos Leão, Jorge Moreira, Affonso Eduardo Reidy y Ernani Vasconcelos
1937-1943
Escuela de Derecho
Santiago, Chile
Arq. Juan Martínez
1934-1938
Rectorado y escalinatas, Universidad de la Habana
La Habana, Cuba
Arqs. Rectorado: Enrique Martínez y Felix Cabarrocas
Arqs. escalinatas: Secretaría de Obras Públicas
1921-1927